Cocinas mejoradas, una solución para casi 2 millones de personas en Guatemala

El acceso a los servicios básicos de energía todavía es un enorme desafío en América Latina, especialmente en términos de energía moderna para cocción, además, el uso ineficiente de leña en fuegos abiertos genera impactos en la salud, particularmente en mujeres y niños.

En Guatemala, este es uno de los desafíos más importantes ya que el consumo per cápita de leña es el más alto de América Central (0.82 t/persona al año). La leña es la principal fuente de energía en el país, representa el 56 % de la matriz energética y la demanda anual es de 16 millones de toneladas.

El Censo Nacional de 2018 muestra que cerca del 54.4 % de la población, usa leña como fuente principal para cocinar. Por otro lado, el consumo de leña es mayor en los hogares rurales (87 % de la demanda total), área caracterizada por el aumento y prevalencia de la pobreza y pobreza extrema, especialmente entre las poblaciones indígenas, lo que les impide tener acceso a otras fuentes de energía.

A fin de reducir las emisiones provenientes por el uso de fuegos abiertos y los efectos negativos que estos tiene a la salud, la solución más rápida y factible es mejorar la eficiencia en el uso de leña a través de dispositivos como las estufas mejoradas.

Hacer más accesible el uso de cocinas mejoradas tiene el enorme potencial de reducir el consumo de leña, con todos los beneficios en términos de salud, de emisiones, de impacto en el presupuesto familiar y de la disponibilidad de tiempo libre que esto significa.

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